LIMA.- El horizonte de la economía
mundial está ensombrecido: el FMI rebajó el martes las perspectivas
globales de crecimiento por el frenazo de China y los emergentes. "El
Santo Grial de una expansión global, robusta y sincronizada, queda
fuera de alcance", resumió Maurice Obstfeld, el nuevo economista jefe
del Fondo Monetario Internacional, que celebra su reunión general esta
semana en Lima.
De acuerdo con las proyecciones del FMI
presentadas el martes, el PIB mundial 2015 debe crecer 3,1%, mientras
que el de 2016 alcanzará 3,6%, una disminución de 0,2 puntos
porcentuales frente a lo estimado en julio. Tras crecer 3,4% en 2014, el
mundo se prepara a anotar su peor desempeño desde la recesión mundial
de 2009.
Para Obstfeld, "seis años después de que la economía
mundial emergiera de la recesión más amplia y profunda desde la
postguerra, la vuelta a una expansión profunda y sincronizada sigue
siendo incierta".
Según el informe, en comparación con el año
pasado, la recuperación de las economías avanzadas repuntaría
ligeramente, "en tanto que la actividad en las economías de mercados
emergentes y en desarrollo se desacelerará por quinto año consecutivo".
Pese
a la recuperación de países industrializados, como Estados Unidos y
Reino Unido, donde la política monetaria probablemente se endurezca
pronto, la situación es más incierta en la Eurozona y Japón, así como en
China y las economías emergentes, otrora impulsoras del crecimiento
económico del mundo durante la crisis de 2008 y 2009.
En un
entorno marcado por el retroceso de los precios de las materias primas y
las presiones que soportan las monedas "se han agudizado los riesgos a
la baja para las perspectivas, especialmente en los mercados emergentes y
las economías en desarrollo", agregó.
Las
preocupaciones se centran en China, la segunda economía mundial y el
mayor comprador global de materias primas, cuya desaceleración económica
no se detiene: crecerá 6,8% en 2015 y 6,3% en 2016, porcentajes que
aunque altos, marcarían su peor desempeño en 25 años.
"Lo que pase en China le afectará a todo el planeta", agregó Obstfeld, y los emergentes "van a estar en problemas".
De
acuerdo con el FMI, la desaceleración China hará pagar un alto precio a
los países exportadores de 'commodities' como es el caso de América
Latina y el Caribe, que será la única región que registre una
contracción en su PIB este año, (-0,3%), frente al estimado de
crecimiento de 0,5% que tenía el FMI en su informe anterior. Aunque
podría crecer 0,8% en 2016.
Entre los más perjudicados de
Sudamérica estará Brasil, envuelto además en problemas políticos
internos, donde la caída de su PIB será el doble de lo esperado (-3,0%
en 2015).
Latinoamérica también podría verse golpeada luego de que
la Reserva Federal resuelva subir sus tasas de interés, ante una
recuperación de la economía estadounidense, lo que originaría la salida
de capitales de naciones emergentes hacia Estados Unidos y repercutiría
en una mayor alza del dólar.
"El fin de los tipos de interés
cercanos a cero puede augurar un mayor endurecimiento de las condiciones
de financiación", advirtió el FMI, hecho que podría ocurrir "a fines de
2015 o inicios de 2016", agregó Obstfield.
El Banco Mundial ya ha aconsejado a los países emergentes ajustarse los cinturones, ante una nueva turbulencia.
Rusia,
por su parte, será una economía doblemente golpeada: la caída de los
precios del petróleo y ser objeto de sanciones de Occidente por su papel
en la crisis en Ucrania le harían anotar una contracción de 3,8% en
2015.
En el caso de la
Eurozona, cuya recuperación aún es incierta, el FMI espera un
crecimiento de 1,5% en 2015 y de 1,6% en 2016, prácticamente sin cambios
respecto al pronóstico de julio.
Respecto de la crisis económica
de Grecia, el FMI considera que "los riesgos de contagio (para Europa)
son más bajos que a principios de año, pero siguen siendo un tema de
preocupación".
El organismo también advierte que los "riesgos geopolíticos" siguen siendo elevados, sobre todo en Ucrania y Medio Oriente.
Por primera vez, el FMI se refiere además al impacto económico que
puede tener en Europa la crisis de los refugiados, cuyos "costos
económicos y sociales son enormes", aunque a la larga, los inmigrantes
pueden convertirse en una fuerza laboral que impulse el crecimiento de
la eurozona.
"Recibir influjos de refugiados obviamente ejerce una
presión sobre presupuestos de algunos países, en Alemania por ejemplo",
dijo Obstfeld, y agregó que "no será fácil integrar a los recién
llegados en la fuerza laboral, eso llevará tiempo, pero a la larga
tendrá un efecto positivo sobre el crecimiento de Europa".