WASHINGTON.- La reunión de primavera del FMI y el Banco Mundial tratará esta próxima semana temas habituales como la crisis de Grecia y el bajo crecimiento mundial, además de la debilidad de los mercados emergentes y el surgimiento del Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura impulsado por China.
En su tradicional discurso previo al encuentro de comienzos de año de
las instituciones creadas en 1944, la directora gerente del Fondo
Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, insistió en la
"mediocridad" del crecimiento mundial y los riesgos de que se convierta
en la "nueva realidad"
"No es que el crecimiento mundial sea malo. Más bien es que, dado el
impacto persistente de la crisis en la gente, el crecimiento simplemente
no es suficientemente bueno", aseguró Lagarde.
La exministra de Finanzas de Francia dibujó un panorama cambiante en
el que la recuperación parece "firme" en Estados Unidos y el Reino
Unido, y observó "prometedoras" perspectivas para la zona euro apoyada
por el estímulo monetario del Banco Central Europeo (BCE).
Si bien las economías avanzadas parecen progresar en su repunte tras
la aguda crisis financiera, son ahora las emergentes las que empiezan a
mostrar signos de debilidad.
"Las previsiones para las economías emergentes son levemente peores
que las del pasado año, con los bajos precios de las materias primas
como una de las causas principales", remarcó Lagarde.
Especialmente variable es el paisaje en los llamados BRICS, con
Brasil "estancado" y Rusia pasando "dificultades", frente a la India que
supone el "punto destacado" y una China que aunque se está
"ralentizando" avanza hacia un modelo de crecimiento "más sostenido".
Sin embargo, uno de los temas que parecen haberse hecho fijos en las
reuniones de los últimos años son los debates en torno al
multimillonario rescate financiero de Grecia.
"Aunque los principales riesgos se ciernen sobre los países
emergentes, probablemente Grecia volverá a absorber gran parte de la
atención", explicó Jacob Kirkegaard, investigador principal del
Peterson Institute International Economics de Washington.
De hecho, el pasado día 5 Lagarde se reunió por sorpresa con el
ministro de Finanzas Yanis Varufakis, para repasar la delicada situación
de la economía helena y los pagos pendientes de Atenas al FMI dentro
del programa de rescate internacional de la "troika" (el FMI, la
Comisión Europea y el Banco Central Europeo).
Grecia debía abonar 460 millones de euros al organismo
correspondientes a abril, y tras rumores sobre la posibilidad de que
Atenas postergase o pidiese un aplazamiento, finalmente desembolsó los
fondos el jueves.
"Sí, han devuelto el dinero", dijo Lagarde con una insólita franqueza a preguntas de por los periodistas sobre el pago.
Varufakis volverá a Washington para las reuniones a las que están
convocados los ministros de Economía y gobernadores de bancos centrales
de los 188 países miembros del organismo.
En paralelo, se tratará el lanzamiento del Banco Asiático de
Inversiones en Infraestructura (AIIB, en inglés), lanzado por China, y
que ha generado controversia al ser respaldado de manera mayoritaria por
la comunidad internacional, con la excepción de Washington que ha
mostrado su reticencia.
Tanto Lagarde como el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, han
dado el visto bueno ante las "enormes" necesidades en la región
asiática, y se han desmarcado de las dudas estadounidenses.
Kim destacó al AIIB como un "aliado" y subrayó su "potencial",
mientras que Lagarde lo calificó de una "gran iniciativa (...) reflejo
del nuevo paisaje económico mundial".
En la reunión, que arrancará el martes 14 y se prolongará hasta el
sábado 18, se presentarán las nuevas previsiones del FMI en su informe
"Perspectivas Económicas Mundiales" y se reunirán los ministros de
Economía del G-20.