NUAKCHOT.- - Mauritania quiere desarrollar su propio sector pesquero, todavía
incipiente, y sacar así mejor partido a sus 754 kilómetros de costa
atlántica que cuentan entre las más ricas del continente africano y de
las que hasta ahora se beneficiaban básicamente los españoles.
El
gobierno ha comenzado este mes de abril a dar pruebas de su
determinación al inaugurar un astillero en Nuadibú (extremo norte del
país) y un puerto de pesca artesanal en la capital, Nuakchot, pero
persiste un problema mayor: la falta de una industria de transformación
de productos de pescado en el país.
Esta es la razón principal,
según Hademine uld Ethmane, responsable de la Federación
Nacional de Pesca (FNP), de que el sector, que da empleo a 36.000
personas, solo aporte un 12 % al PIB del país, muy por debajo de la otra
gran riqueza natural de Mauritania, como es el hierro (25 % del PIB).
Ethmane
lamenta que el Gobierno haya perdido mucho tiempo y dinero en
infraestructuras y acuerdos con pesquerías extranjeras que no han
cambiado la realidad de que los productos pesqueros mauritanos se
exportan en estado bruto "sin ningún valor añadido".
El
profesional se refiere principalmente al acuerdo de pesca entre
Mauritania y la Unión Europea, aprobado el pasado 8 de octubre de 2013
por el Parlamento Europeo por una duración de dos años, que da licencias
a 65 barcos (casi todos españoles) y supone para Mauritania una
importante contrapartida de 113 millones de euros.
El acuerdo con
la UE es más restrictivo que el anterior, ya que ha suprimido las
licencias a los cefalopoderos europeos (eran 32) para impulsar así el
sector mauritano en la especie en que sus aguas son precisamente más
ricas: el pulpo, según explica Abdellahi uld Mohamed el Moktar,
director de la pesca industrial en Mauritania.
Según las cifras
del presidente de pescas artesanales, marinos y capitanes de pesca
artesanal en Mauritania, Haroune uld Ismail, la pesca de pulpo es la
única fuente de ingresos para más del 90 % de los pescadores artesanales
mauritanos.
Otra medida introducida por Mauritania para ayudar a
la formación de una mano de obra "especializada" ha sido la que estipula
que el 60 % del personal de cada barco europeo que faene en las aguas
mauritanas tiene que ser compuesto de marinos de este país, a lo que se
añade la obligación de desembarco para los productos demersales y
transbordo de especies de pequeños pelágicos.
Esta última cláusula
es la que justifica la extensión el pasado 7 de abril del Puerto
Autónomo de Nuadibú (principal del país), financiado por España con un
importe de 20 millones de euros, e inaugurado por el presidente
mauritano Mohamed uld Abdel Aziz.
El presidente mauritano inauguró
también un astillero financiado por el Estado con un coste global de
7,2 millones de euros y la ampliación de un embarcadero artesanal en
Nuadibú, que será financiado por un apoyo de Japón con una financiación
de 7,2 millones de euros, y que tendrá una capacidad de recepción de
3.000 embarcaciones en lugar de 700 en la actualidad.
Asimismo,
Abdel Aziz durante su visita a la capital económica Nuadibú, calificada
por la oposición como una "precampaña" de las elecciones presidenciales
previstas en junio, inauguró un amplio proyecto pesquero con la sociedad
china Poly-Hondone Pelagic Fishery Co.
Este proyecto entra en el
marco de un acuerdo firmado en junio de 2010 por una duración de 25 años
que consiste en la realización de un complejo industrial que abarca una
fábrica de transformación, un complejo frigorífico, dos unidades de
tratamiento de productos de pesca, una fábrica de hielo, una unidad de
fabricación de harina de pescado y un taller de fabricación de canoas de
pesca artesanales.
El coste de este proyecto, que aún no se ha
puesto en marcha, se estima en 100 millones de dólares (unos 72 millones
de euros) y prevé la creación de 2.463 de empleos permanentes, según
Abdellahi uld Mohamed el Moktar.
Por otra parte, el presidente
mauritano inauguró el pasado miércoles el segundo puerto artesanal
situado a 55 kilómetros al noroeste de Nuakchot y financiado por el Estado
con un coste de 36 millones de euros. Este proyecto tendrá una capacidad
de recepción de 300 pequeñas y medianas embarcaciones.
"Es verdad
que asistimos a nueva dinámica a todos los niveles para desarrollar el
sector pesquero en nuestro país, pero el eslabón que siempre falta es la
ausencia de industria conservera" lamentó Hademine uld Ethmane.
Ethmane
se preguntó por qué los negociadores mauritanos no habían exigido
cláusulas sobre la creación de fábricas de transformación de pescado en
el país a la hora de negociar la renovación del acuerdo pesquero.