TORONTO.- Argentina ha perdido atractivo para muchas mineras y exploradoras que
han invertido en el país sudamericano rico en minerales, donde el
Gobierno ha impuesto una serie de medidas populistas que no le agradan a
la industria.
Las mineras extranjeras están cada vez más recelosas de construir
nuevas minas o ampliar sus operaciones existentes, y muchas ahora están
reacias a considerar adquisiciones, según ejecutivos entrevistados en
la conferencia de la Asociación de Exploradores y Desarrolladores de
Canadá (PDAC, por sus siglas en inglés) en Toronto esta semana.
La principal razón, dicen, es que se ha vuelto mucho más difícil repatriar los ingresos generados en el país.
"Si yo dijera que voy a comprar algo en Argentina hoy, (los
accionistas) pedirían mi puesto", dijo Geoff Burns, presidente ejecutivo
de Pan American Silver Corp, que se ha topado con problemas en su
proyecto de plata Navidad en Argentina.
"Hay muchas oportunidades allí actualmente, pero en realidad se necesita tener unos 'cojones' grandes", sostuvo.
David Strang, presidente ejecutivo de Lumina Copper Corp, dijo
que el factor Argentina está pesando sobre los esfuerzos de su compañía
por vender su enorme proyecto de cobre Taca Taca en la provincia de
Salta.
"Es un problema, no hay dudas acerca de ello actualmente",
declaró. "Yo creo que una mayor orientación del Gobierno respecto a sus
políticas económicas sobre la moneda, de aquí en adelante, va a ser algo
útil", agregó.
Poco después de su arrolladora reelección en el 2011, la
presidenta Cristina Fernández ordenó a las compañías mineras y de
energía que liquiden sus ingresos por exportaciones en el mercado
cambiario local dentro de un período limitado de tiempo y a los
funcionarios tributarios que aprobaran las compras de dólares caso a
caso.
Ambas medidas fueron diseñadas para contrarrestar la rápida
salida de capitales y apuntalar las reservas de divisas del banco
central, que el Gobierno argentino utiliza para el pago de su deuda.
En febrero del 2012, ella impuso límites generalizados a las
importaciones, que las mineras dicen retrasaron el ingreso de partes y
maquinarias necesarias para sus operaciones.
El Gobierno recibió nuevas críticas de algunos inversores
extranjeros cuando Fernández expropió la participación mayoritaria de un
51 por ciento que la española Repsol SA poseía en YPF, la mayor
compañía energética del país.
Agreguen la inflación anual, estimada por firmas privadas en
cerca de un 25 por ciento, y Argentina ha pasado de ser un destino
promisorio de inversiones hace unos pocos años a algo difícil de
promover actualmente, dijeron esta semana ejecutivos de la industria
minera.
"Es difícil ver cómo puedes conseguir una significativa inversión
extranjera en Argentina si no puedes lograr que los fondos fluyan de
regreso al mismo tiempo", dijo John Smith, presidente ejecutivo de
Silver Standard Resources Inc, hablando en actividades complementarias
del mayor foro minero del mundo.
Silver Standard es dueña de una mina y un proyecto en promisorias
etapas de exploración en Argentina, pero Smith no cree que la compañía
vaya a realizar grandes gastos en el país hasta que exista una mayor
certeza respecto a la repatriación de las ganancias.
Una fuente en el Ministerio de Planificación de Argentina dijo que algunas compañías no habían entendido las medidas de
política adoptadas por el Gobierno, afirmando que los actuales esfuerzos
por controlar los flujos de divisas no durarían por siempre.
"Hubo un malentendido en algunos sectores de la industria que
vieron la medida como una prohibición", dijo la fuente, refiriéndose a
las restricciones a la transferencia de las ganancias al exterior.
"Realmente es algo temporal que busca proteger los intereses nacionales", agregó.
La fuente habló bajo condición de anonimato debido a que no está autorizada para comentar el tema.
En la provincia de Chubut, parte de la región patagónica, el
desarrollo del enorme proyecto Navidad de Pan American ha sido
desacelerado por una prohibición a la minería a cielo abierto.
Hace un año la compañía estaba ocupada presionando para que se
cambiara esa ley. Ahora el proyecto está en espera, golpeado tanto por
la prohibición como por el cambio en el clima de inversión.
"Para ser franco, yo no construiría Navidad hoy", dijo Burns de Pan American.
"Una de mis peores pesadillas, esto suena divertido, es en
realidad ver que se cambie la ley y luego estar en una posición en la
que tenga que construir en el que es posiblemente el peor ambiente para
intentar construir una mina en Argentina en los últimos 10 años",
agregó.
Otros operadores están pensando de manera similar. Las mineras
han debido detener grandes proyectos, debido a que la inflación ha hecho
dispararse los costos de desarrollo y ha puesto en riesgo el retorno de
las inversiones.
Vale SA, una de las mineras del mundo más diversificadas, dejó de
trabajar en diciembre en su proyecto de potasa Rio Colorado, de 6.000
millones de dólares, en la provincia argentina de Mendoza.
La minera brasileña está esperando que el Gobierno argentino
responda a su demanda de exenciones tributarias y de tasa de cambio que
considera necesarias para volver viable el proyecto.
Para ser justos, las mineras están frenando proyectos en otros
países también. Las conversaciones en PDAC se han concentrado en la
falta de financiamiento para los proyectos mineros debido al aumento de
costos, amortizaciones multimillonarias y precios de los metales
estancados.
Argentina, sin embargo, sigue siendo una atractiva oportunidad
para algunos simplemente porque está relativamente poco desarrollada en
comparación con sus vecinos sudamericanos Chile y Perú.
El país se ha estado promoviendo como un destino minero desde
comienzos de la década del 2000, y la inversión en minería en Argentina
alcanzó un récord de 2.570 millones de dólares en 2011.
De hecho, hay cerca de 9.000 millones de dólares planificados en
inversión hasta el 2031, según la firma de contabilidad Deloitte. Eso
pone a Argentina justo atrás de las cinco mayores jurisdicciones del
mundo para la inversión en minas: Australia, Brasil, Chile, Perú y
Canadá.
"Argentina tiene una enorme cantidad de oportunidades", dijo
Rafael Dahl, miembro de la delegación argentina en la PDAC y de CASEMI,
una asociación de proveedores de servicios a la minería. "Hay mucha
gente que quiere entrar", agregó.
Barrick Gold Corp, la mayor minera del mundo, sigue adelante con
su rica mina de oro Pascua-Lama, en la frontera entre Chile y Argentina,
aún cuando los costos de desarrollo se han disparado a 8.500 millones
de dólares.
El presidente ejecutivo de Yamana Gold Inc, Peter Marrone, dijo
en una entrevista el mes pasado que la situación en Argentina sigue
mejorando debido a que muchas restricciones se están flexibilizando.
Marrone dijo que su compañía ha tenido éxito al sacar el capital del país, aunque la inflación sigue siendo una preocupación.
Para otros, el clima es menos acogedor.
El gurú canadiense de la minería Rob McEwen, fundador de Goldcorp
Inc y ahora presidente ejecutivo de McEwen Mining Inc, está manejando
dos proyectos en Argentina, pero se muestra pesimista sobre la
posibilidad de invertir en el país por el momento.
"Hasta que exista una mayor claridad y una forma de exportar las
ganancias, creo que va a ser muy difícil atraer a cualquiera allí", dijo
en una entrevista antes de la PDAC.
Bajo circunstancias normales, McEwen dijo que su compañía estaría
trabajando con su socia Hochschild Mining Plc para ampliar la
producción en su mina San José en un 50 por ciento. Pero por ahora, los
socios están haciendo lo mínimo y se concentran en la eficiencia.
"¿Por qué construirías una mina allí si no puedes sacar tu
dinero?", preguntó McEwen. "¿Por qué construirías una mina allí si no
puedes expandirte y no hay expectativas de poder aprovechar los
beneficios de tu producción agregada? Así que eso ha frenado muchas
inversiones", agregó.