WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y los líderes del Congreso acordaron el viernes realizar un último esfuerzo para evitar que el país caiga en el "precipicio fiscal", iniciando una intensa negociación sobre los impuestos de los estadounidenses mientras se aproxima el plazo límite de Año Nuevo.
Con apenas tres días para evitar una brusca subida de impuestos y
profundos recortes del gasto público que podrían provocar una recesión,
dos veteranos del Senado intentarán forjar un acuerdo que ha evadido a
la Casa Blanca y el Congreso durante meses.
Obama dijo que es "modestamente optimista" sobre las
posibilidades de lograr un acuerdo que evite que los impuestos suban
para la mayoría de los trabajadores estadounidenses. Pero ninguna parte
parecía dispuesta a ceder mucho en la reunión del viernes de líderes del
Congreso en la Casa Blanca.
En la reunión se acordó encomendar a Harry Reid, el líder de la
mayoría demócrata, y a Mitch McConnell, quien encabeza la minoría
republicana, que a más tardar el domingo intenten alcanzar un acuerdo
que reciba la luz verde en la Cámara Alta y pueda ser aprobado antes de
fin de año por la Cámara de Representantes, controlada por los
republicanos.
"La hora para una acción inmediata está aquí. Es ahora. Ahora
estamos en el punto en el que en apenas cuatro días está previsto por
ley que suban las tasas de impuestos de todos los estadounidenses. El
sueldo de cada estadounidense será considerablemente menor. Y permitir
eso sería un error", dijo Obama a los periodistas.
El martes 1 de enero entrarán en vigor aumentos de impuestos y
recortes al gasto del Gobierno por unos 600.000 millones de dólares si
los políticos no logran un acuerdo. Economistas temen que esas medidas
puedan lanzar a la economía de Estados Unidos a una recesión.
El pesimismo sobre el abismo fiscal hizo retroceder a las
acciones estadounidenses por quinta sesión consecutiva. El promedio
industrial Dow Jones cayó 158,20 puntos, o un 1,21 por ciento.
Los minoristas culpan a las preocupaciones por el "precipicio fiscal" por las flojas ventas de la temporada de Navidad.
Bajo el plan negociado el viernes, cualquier acuerdo entre
McConnell y Reid sería apoyado por el Senado y luego aprobado en la
Cámara de Representantes liderada por los republicanos antes de fin de
año.
Pero la Cámara de Representantes podría liquidar cualquier acuerdo.
Un grupo de conservadores en el partido del presidente de la
Cámara, John Boehner, se opone firmemente a los esfuerzos de Obama por
subir los impuestos a los más ricos como parte de un plan para reducir
el déficit de presupuesto de Estados Unidos. Los republicanos de la
Cámara de Representantes también quieren que Obama se comprometa a
realizar mayores recortes al gasto.
Las negociaciones entre Obama y Boehner fracasaron la semana
pasada cuando varias decenas de republicanos que se oponen a las alzas
de impuestos desafiaron a su líder y rechazaron un plan para subir las
tasas a quienes ganan más de 1 millón de dólares.
Un asesor demócrata dijo que Boehner se apegó principalmente a
los "puntos de discusión" durante la reunión del viernes en la Casa
Blanca, con el mensaje de que la Cámara de Representantes había actuado y
que ahora es momento de que el Senado tome medidas.
Los dos líderes del Senado iniciarán negociaciones el sábado que
se concentrarán principalmente en el umbral a partir del cual se
aumentarán los impuestos a las familias de mayores ingresos en el país,
dijo el asesor demócrata.
Analistas sostienen que ambas partes podrían acordar subir los
impuestos para las familias que ganen más de 400.000 ó 500.000 dólares
al año.
También discutirán si el impuesto a la herencia debería
mantenerse en el bajo nivel actual o si debería permitirse que aumente,
dijo un asesor demócrata.
El demócrata Reid advirtió sobre la dificultad de las negociaciones.
"No es fácil, lidiamos con grandes números, y algunas de esas cosas que hacemos son algo complicadas", declaró.
McConnell describió la cumbre del viernes en la Casa Blanca, a la
que también asistió la líder de minoría de la Cámara de Representantes,
la demócrata Nancy Pelosi, como "una buena reunión".
"Así que estaremos trabajando duro para intentar ver si podemos
lograrlo en las próximas 24 horas. Así que estoy ilusionado y
optimista", sostuvo.
Si la pugna no se puede solucionar en el Senado, Obama dijo que
quería que ambas cámaras del Congreso voten un plan elaborado por él que
aumentaría los impuestos sólo a las familias que ganan más de 250.000
dólares al año.
El plan también extendería el seguro de desempleo para cerca de
dos millones de estadounidenses y crearía un marco para un acuerdo de
una reducción mayor del déficit el próximo año.
Algunos en el mercado se están resignando a que Washington exceda
el plazo de Año Nuevo, siempre y cuando se pueda lograr un acuerdo
sobre la reducción del déficit a comienzos de enero.
"Sin importar si el Gobierno resuelve los temas ahora, cualquier
acuerdo puede ser retroactivo. Nosotros no estamos tan preocupados con
el 1 de enero como el mercado parece estarlo", dijo Richard Weiss, un
administrador de divisas de alto rango de American Century Investments.
Otro componente del "precipicio fiscal" - los 109.000 millones de
dólares en recortes automáticos al gasto en programas nacionales y del
Ejército - entrará en vigor el miércoles.
La agencia de calificaciones S&P dijo el viernes que las
discusiones sobre el abismo fiscal no afectaban la nota soberana de
Estados Unidos. Eso eliminó la amenaza inmediata de una rebaja de
calificación de parte de la agencia, que redujo la triple A en agosto de
2011 en una medida sin precedentes después de una lucha partidista
similar sobre el presupuesto.